El poder de la oración.
Actualizado: 28 ene 2021
El hombre puede adorar y alabar a Dios con su trabajo diario. Pero ello no es suficiente. Además debe comunicarse conscientemente con su Creador.
La oración es el alimento del alma. Cuando un hombre ha tenido hambre durante mucho tiempo, deja de sentir el aguijón del hambre, aunque su cuerpo no pueda vivir sin alimento. Lo mismo ocurre con el alma.
Si él no se comunica con Dios por medio de la oración, puede que no sienta la necesidad de hacerlo, pero su alma necesitará este alimento para continuar fuerte y saludable.
Antes la gente oraba con frecuencia, porque quería algo o porque temía lo que pudiera sucederle si no rendía homenaje a un Poder superior. Bahá'u'lláh dice que el hombre debe aprender a amar a Dios y a comunicarse con Él mediante la oración, como el amante que anhela hablar con su amada.
La mera repetición de palabras, lógicamente, no tiene ningún valor; pero cuando aprendemos a rezar con dedicación, podemos obtener la bendición espiritual que fluye de la Fuente de amor y misericordia.
En la Fe bahá'í, la oración no está acompañada de ninguna forma ritual. Lo importante es la sinceridad de corazón y la concentración de la mente, las cuales se logran gradualmente, cuando se hace de la oración un hábito regular.
Para enseñarnos a orar, Bahá'u'lláh ha escrito muchas oraciones hermosas, que han ayudado a miles de personas, aunque la oración puede ser también sin palabras.
He aquí una de las oraciones de Bahá'u'lláh:
“Crea en mí un corazón puro, oh mi Dios, y renueva una conciencia tranquila dentro de mí, ¡oh mi Esperanza! Por medio del espíritu del poder confírmame en Tu Causa, oh mi Bienamado, y por la luz de Tu gloria revélame Tu sendero, ¡oh Tú, el objeto de mi deseo! Mediante la fuerza de Tu trascendente poder elévame hacia el cielo de Tu santidad, oh Fuente de mi ser, y por las brisas de Tu eternidad alégrame, ¡oh Tú, Quien eres mi Dios! ¡Haz que Tus eternas melodías me inspiren la tranquilidad, oh mi Compañero!, y que las riquezas de Tu antiguo Semblante me libren de todo excepto de Ti, oh mi Maestro, y que las nuevas de la revelación de Tu incorruptible Esencia me traigan alegría, ¡oh Tú, Quien eres lo más manifiesto de lo manifiesto y lo más oculto de lo oculto!”
(Oraciones Bahá'ís, p. 59)
Bahá'u'lláh pide a Sus seguidores que oren todos los días. Además de las muchas diferentes oraciones que pueden empelarse en todas las circunstancias, Bahá'u'lláh nos ha indicado tres oraciones obligatorias, de las cuales los bahá'ís pueden elegir una para su uso diario.